" La enfermedad no es un mal a suprimir, sino una oportunidad de Comprender "

Edward Bach

Edward Bach descubrió 38 esencias florales, cada una de ellas trata un aspecto de la personalidad, una emoción, buscando equilibrar ese estado alterado de la mente. Al tomar las esencias el individuo nota pequeños y sutiles cambios a la hora de afrontar situaciones que antes le resultaban complicadas.

Hay flores para los miedos ( al agua, animales, oscuridad…) para el exceso de preocupación, para la impaciencia, tristeza, desesperanza, soledad… Mezclaremos esencias dependiendo de la tipología de personalidad, y la situación que quiera afrontar el consultante.

¿En qué consiste una sesión de Flores de Bach?

En primer lugar, buscaremos el origen emocional a su patología o estado, reclutando información para encontrar las esencias florales que necesite tomar. Relacionaremos la parte emocional y física haciendo un tratamiento de la parte orgánica con diferentes técnicas, osteopatía visceral, acupuntura, PNI… De esta forma abordamos al paciente de forma integral tratando la relación cuerpo y mente.

Después de la primera sesión se hará un seguimiento cada tres semanas, tiempo necesario para ver los cambios que se producen en la persona. Es una técnica muy útil en niños para superar el miedo a la oscuridad, al agua… y también en mayores para abordar la tristeza, el exceso de pensamiento, insomnio… ¡¡Ven a descubrirlas!!

El miedo

Tratan los diferentes aspectos del miedo, por ejemplo, hay esencias que tratan los miedos de origen conocido, como tener miedo al agua, a la oscuridad, fobias a los animales…

También se puede tratar el miedo a exponerse, cuando la persona es tímida, nerviosa, el miedo a equivocarse, incluso el pánico a sufrir alguna enfermedad se puede ver superado con la ayuda de estas esencias que nos dan valentía y seguridad para afrontar estas situaciones.

La tristeza

Son varias las flores que tratan esta emoción. Podemos actuar sobre la tendencia al pensamiento negativo, sobre la sensación de tristeza que sobreviene a la persona sin motivo aparente. En la misma línea se pueden mejorar los momentos de apatía, desesperanza… y son en estos casos donde la persona notará como las esencias aportan un toque de alegría y optimismo.

La preocupación y ansiedad

Estas flores se utilizan cuando la persona tiene un pensamiento rumiante, como si tuviéramos un disco rayado en la cabeza, este mecanismo mental provoca una falta de atención y puede ocurrir que siempre caigamos en los mismos errores, ya que el aprendizaje no se produce. Las esencias que nos ayudan en estos procesos son: White Chestnut, Chestnut bud, clematis… y su principal virtud será proporcionarnos una mayor claridad mental, conectándonos con el momento presente. Cabe destacar que al tomar flores de este tipo la ansiedad se reducirá al disminuir la cantidad de pensamientos.

La incertidumbre

Cuando la duda es una constante en tu vida y no sabes qué hacer. Aquí la persona utiliza muchas estrategias, como que sean otros los que tomen las decisiones por ti, o estar siempre entre dos opciones. Son ejemplos de formas de pensamiento que podremos abordar con la toma de Scleranthus, cerato, centaury… estas esencias nos aportan seguridad, certidumbre y orientación en la vida.

Aumento de energía

En estados de cansancio, fatiga mental y física, al tomar los preparados florales se percibe un aumento de energía, más ganas de iniciar las actividades que teníamos abandonadas, y una recuperación de las capacidades físicas y mentales. Es como si hubiese una revitalización de la persona después de un agotamiento.

La rabia

En el mundo que nos rodea la rabia está muy presente dentro de nuestras emociones. Las flores nos aportan un abordaje desde otra perspectiva, más paciente y empática. Este hecho hará que nuestras reacciones sean calmadas y acorde a los acontecimientos, no desmesuradas.

Existen más grupos florales, esencias para el sobreentusiasmo, el exceso de trabajo, de responsabilidades, para mejorar la autoestima… en definitiva son un auténtico apoyo para nuestro día a día, que nos ayudarán junto con un acompañamiento emocional, a superar las situaciones que se nos presentan en la vida.

Durante una hora y mediante una exhaustiva entrevista, buscaremos qué esencias florales son las más adecuadas para el paciente. En cada sesión combinaremos la terapia floral con otras técnicas, acupuntura, osteopatía, alimentación…

El tiempo dependerá de cada paciente, y sería conveniente mantener las sesiones hasta haber consolidado el trabajo emocional en la persona. Suele durar entre seis meses y un año, y la pauta habitualmente es de una sesión al mes.

Las flores de Bach no tienen principio activo, por lo tanto, no interaccionan con otras sustancias médicas. No suelen tener efectos adversos y en caso de aparecer, cambiaremos la formulación.

Por otro lado, no son adictivas, así que en cualquier momento se pueden dejar de tomar, sobre todo cuando dejan de ser necesarias.

El trabajo personal en las sesiones, junto con un acompañamiento por parte del terapeuta, más la toma de las esencias formarán la base de esta terapia. A esto le sumaremos pequeños cambios paulatinos que intentarán devolver al paciente el estado de salud.

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